La Catarata del Otorongo
Octubre-2016
Suelo viajar mucho por trabajo al interior del País, al Perú profundo, pero nunca puedo darme un tiempo para conocer los lugares hermosos, ya que el tiempo solo me alcanza para trabajar, comer y dormir; o sea, para lo que realmente me enviaron.
Este viaje fue totamente distinto.
Me enviaron a la ex zona terrorista de Huánuco, en el distrito José Crespo y Castillo, provincia Leoncio Prado, departamento Huánuco; más conocido como Aucayacu. Allí me quedé encantada con su clima y con su gente, quienes a pesar de haber tenido un pasado lleno de sangre por el terrorismo, son personas muy amables, educadas y sobre todo muy alegres.
En este viaje tuve la suerte de conocer gente muy buena, que en todo momento fueron muy serviciales y buenos anfitriones.
Gracias a Olivia y Jorge fue que llegué al distrito Pucayacu, que se encuentra a 15 minutos en auto desde Aucayacu. Allí fue donde me dijeron que se encontraba la Catarata del Otorongo y que si quería ellos me podían llevar. Acepté inmediatamente sin dudarlo.
Me llevaron en moto lineal una hora hacia el caserio Maronilla y luego 40 minutos más hacia adentro. Dejamos las motos tapadas con ramas y emprendimos una caminata de una hora y media entre mucha vegetación, riachuelos, arboles milenarios, con subidas y bajadas y unos cuantos resbalones que hicieron más divertido el camino.
Después de caminar con 8 kilos en mi mochila, resbalarme 2 veces y con las zapatillas empapadas por los riachuelos... Llegamos!
Aún recuerdo la sensación al ver la catarata toda hermosa e imponente rodeada de tanto verde que enamoraba y enmudecía. El cansancio se desvaneció para dar pase al placer de sumergirse en su agua turquesa y refrescante y tomarla con una sed insaciable.
Me sentí tan alegre como una niña jugando en la playa.
Nunca había visto la belleza de la naturaleza en su mayor esplendor... Estaba enamorada de todo y no me quería ir.
Después de estar casi dos horas admirando la naturaleza a mi alrededor desde la pequeña laguna que se forma al pie de la catarata, llegó el momento de partir porque se hizo tarde y comenzó a llover. ¿Qué más me puede brindar la madre naturaleza?
Esa noche me fui a dormir recontra agradecida con Dios por permitirme conocer tanta belleza natural.
Definitivamente, el gobierno no hace nada por promocionar estos lugares que lamentablemente tienen un sangriento pasado pero que ahora brillan con luz propia. Sería un excelente lugar turístico... Pero pensándolo bien, eso quizás mate su encanto. El lugar es hermoso así de solitario.
Espero poder regresar siempre.